El abismo (explicación)

Si han seguido un poco mis historias, habrán visto que menciono varias veces el abismo, principalmente en la historia llamada "Las tres pruebas".

Quisiera explicar a qué me refiero cuando hablo del abismo. No, no es el vacío físico donde mueren muchos escaladores de montañas. El abismo en realidad no es un lugar para mí, sino un estado. Es más fácil explicarlo con una analogía o una palabra que abarque todo, por ello escogí la palabra "abismo".

Si alguna vez estás en el abismo, o, siguiendo con la analogía, caes en él, es muy probable que no regreses. No hay marcha atrás del abismo (como en el abismo físico, si caes, mueres. No vuelves a subir). Si alguna vez regresas de él, es por alguna intervención divina o algo por el estilo.

Muchas veces, a mi parecer, vivimos al filo del abismo. Cuando estás al filo, te levantas desganado, con pena en alma y un corazón sin esperanza. Ves todo el mundo en distintos tonos de gris. Te sientes como basura y sin ganas de interactuar con el mundo, y al final del día, te quedas lloras hasta dormirte.

Un síntoma alarmante de que estás a un paso del abismo es ese nudo de garganta que sientes sin razón alguna o esas voces con vibras negativas que escuchas en tus peores situaciones. Muchas veces ocurre por nuestra propia culpa cuando recordamos algún momento en el que hicimos el ridículo frente a alguien, o pensamos demás sobre alguna mala situación en el trabajo o la escuela. Sin darnos cuenta, mientras más pensamos en ello, estamos avanzando centímetro a centímetro hacia el abismo.

Una cura temporal o permanente (dependiendo del tipo de persona) para alejarse del abismo es exponerlo, conversarlo con alguien de confianza. Pide ayuda, pide consejo, cuéntale a algún amigo o familiar lo que sientes, describe tu abismo, cómo te sientes. Muchas veces aunque sea el saber que alguien te escucha, puede ayudar a alejarte más del filo. Nunca hace bien guardar ese tipo de cosas.

Otra cosa que uno puede hacer es distraerse con otras cosas. Juega un videojuego, mira una película, lee un libro, sal con tus amigos, haz ejercicio o escucha música. Todos los ejemplos anteriores son buenas armas para no acercarnos al abismo, al menos temporalmente.

Debemos recordar también que cada uno tiene una lucha interna de no caer en su abismo personal. Aunque suene estúpido, una palabra dicha en un mal momento, una broma de mal gusto o simplemente un mal gesto hacia a alguien puede hacer su lucha un poco más difícil ese día. Al igual que cosas que nos pueden parecer mínimas pueden tener malas consecuencias en algunas personas, también pequeñas buenas acciones pueden ayudar mucho y mejorar completamente el día de algunas personas.

Un "gracias", un "buen trabajo" o simplemente una sonrisa pueden cambiar mágicamente el día de alguien, pasarlo de gris a color.

Ese es para mí el abismo, lucho con ello todos los días, como imagino todos los que lean esto tendrán su lucha interna con su abismo personal. Algunos les llaman demonios internos, otros sus "yo" malvados, otros depresión, pero en esencia es lo mismo. Vivimos en una época donde esto es algo que nos ataca todos los días y no es algo de tomarlo a la broma. Envidio (sanamente) a las personas que mantienen una sonrisa o la calma hasta en las peores situaciones. Aunque debemos ser conscientes que detrás de una sonrisa puede haber un pesar incluso más grande que el de alguien que se la pasa malhumorado todo el tiempo.

En algún momento de sus días, conversen con sus amigos y/o compañeros, pregúntenles cómo están, conversen de cosas mínimas, sencillas. Escúchenlos por unos minutos. Créanme que ese tipo de ejercicios hacen maravillas en los demás. Y si te sientes deprimido por algo o sientes que te estás acercando mucho a tu abismo, pide ayuda. Si no tienes a nadie, puedes compartirlo conmigo. Al menos tendrás alguien que te pueda escuchar.

Ánimo.



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