"Hola, ¿cómo estás?" La pregunta más difícil del día (reflexión)

"Hola, ¿cómo estás?"
"Muy bien, ¿y tú?"
"Bien, bien, todo tranquilo."

Lo que acaban de leer es cómo van las conversaciones con mis amigos todo el tiempo (muchas de esas conversaciones mueren ahí). Siempre respondo que estoy bien, o que todo va bien, todo tranquilo.

Si alguna vez has leído esta respuesta mía y te lo has creído, te felicito, porque esa era mi intención.

La pregunta real es, ¿realmente estamos "muy bien"? ¿Realmente estamos "bien, bien, todo tranquilo"?

En mi caso, la respuesta al "¿cómo estás?" es algo muy complicado de responder.

Lo más probable es que no esté "muy bien", tengo muchos problemas, muchas cosas en la cabeza, pero tampoco es algo que alarmarse o sorprenderse. Todos tenemos problemas. Tú, yo, él, ella, la señora de la bodega, el ejecutivo de una gran empresa, el albañil, la decoradora de interiores, el niño del colegio parroquial, la vecina, esa persona que empujaste de casualidad al caminar (perdón señor desconocido, estaba apurado), todos.

El preguntar "¿cómo estás?" se ha vuelto quizás una pregunta obligatoria que va junto a un saludo, muchas veces incluso no necesita que la otra persona responda. Digamos que es una cortesía de parte de la persona que saluda. Aun así, para las personas que quieren responder esta pregunta, tienen dos caminos; uno es responder sin ningún interés, diciendo respuestas como "bien, bien, tranquilo" (como usualmente respondo yo) o "ahí, bien", la segunda es ser sincero y decir realmente cómo estás.

Este segundo camino es muy peligroso. Antes de responder te preguntas a ti mismo "¿Cómo realmente estoy? ¿Estoy bien? ¿Estoy mal? ¿Estoy neutral? ¿Por qué estoy bien? ¿Por qué estoy mal? ¿Por qué estoy neutral?" son unas cuantas de las cuestiones que saltan en mi cabeza cuando respondo esa profunda pregunta.

Una vez, una persona muy sabia me dijo que uno siempre debe responder "Muy bien" porque responder que estás mal, así sea porque le tienes confianza a esa persona y quieres ser sincero, demuestras debilidad, causas lástima y puede que atraigas y emitas energías negativas para ti mismo y para la otra persona. Esto es muy cierto, ¿cómo se han sentido cuando alguien les ha respondido que no está bien? Apuesto a que no se sintieron bien, le tuvieron pena a esa persona y se preocuparon mucho (a menos que sean desalmados como tu ex).

Por experiencia propia les recomiendo siempre responder que están bien, incluso a sus amigos. He experimentado casos en los que he sido sincero con algunos amigos y les he contado mis problemas. Algunos se hartaron de ellos, otros empezaron a juzgarme de una u otra forma y otros simplemente me tuvieron lástima. Todos al final se alejan. Las personas nunca ven bien a otra persona con cargas negativas, quizás por un propio instinto de supervivencia o bienestar propio, deciden juntarse con alguien que irradia energías positivas (¿y podrían culparlos? Todos haríamos lo mismo).

Hay excepciones, claro está, de personas en quiénes puedes confiar y responder con sinceridad esta pregunta (como familia o muy muy buenos amigos), pero aun así, les recomiendo cautela.

Yo trato de ser de esas personas tan valiosas que no quiero ni contagiarte de mi energía negativa ni tampoco ser receptor de la de alguien más, pero, eso no quita que no quiera realmente saber cómo un amigo o cualquier persona está si se lo pregunto. No soy perfecto, pero quisiera ayudar a las personas que quizás no tienen a alguien con quién desahogarse. Es algo muy difícil ser el soporte de alguien más pero hay gente que realmente puede lograrlo y así ayudar a la otra persona, me gustaría convertirme en ese tipo de personas y creo que como todo, la práctica hace al maestro, así que sean bienvenidos sus problemas, si alguna vez necesitan a alguien que los escuche, aquí estoy. 

Quizás están pensando que le he dado demasiada importancia a una pregunta tan trivial pero la verdad, creo que de vez en cuando hace bien hacernos esa pregunta nosotros mismo. ¿Cómo realmente estás el día de hoy?





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